miércoles, 12 de septiembre de 2007

Metafísica de los tubos

"En el principio no había nada. Y esa nada no estaba ni vacía ni era indefinida: se bastaba sola a sí misma. Y Dios vio que aquello era bueno. Por nada del mundo se le habría ocurrido crear algo. La nada era más que suficiente: lo colmaba."
Así comienza "Metafísica de los tubos" de Amélie Nothomb, con estas frases llamativas que continúan dos páginas más allá para decirnos que Dios es ella misma cuando era un bebé y que lo va a llamar el Tubo.
"El Tubo es una membrana de existencia que protege un haz de inexistencia."
Nothomb nos cuenta su infancia como si ese bebé supiera de psicología evolutiva infantil.
"El placer es una maravilla que me enseña a ser yo mismo. Yo sede del placer. El placer soy yo."
También tiene conocimientos de filosofía y de religión.
"La muerte, había analizado aquella cuestión con detalle: la muerte era el techo. Cuando uno conoce el techo mejor que a sí mismo, a eso se le llama muerte. El techo es lo que impide que los ojos y el pensamiento se eleven."
Todo ello contado de forma hilarante, en un estilo muy de la Nothomb.

2 comentarios:

Isabel dijo...

Que vienes a verme y no puedo verte.
Que te llamo y no estás.
Y que me alegro mucho, muchísimo de la noticia que me das en un pequeño papel arrugado escrito a mano.
Besos, besos.
Hoy estoy feliz por ti.

lourdes dijo...

¡Oh! Está muy bien un poquito de felicidad. Vayamos apartando a manotazos esas negras sombras.
Muchos besos.