A PSIQUIATRAS Y PREDICADORES
No tienes derecho
a decirme si debo o no debo
nadie es más que nadie
ni tus libros me sirven
porque yo tengo los míos
Y hay veces que no hay libros
que la vida es obserbar
y sentir como duele
esa misma vida
en el origen profundo de las venas
dejar que te voltee y te hunda
mirar si tiene la forma olvidada
de una ciudad que visitaste
hace muchos años
y todavía está en tu recuerdo
No tienes derecho
a decirme si soy o no soy
porque ser nadie sabe
que todos nosotros somos miedo y alegría
Y a la vez lluvia y hastío
No tienes derecho a decirme
si sirvo o no sirvo
porque no hay números para el alma
ni medicaciones para un alma enferma

¡No!
No hay precio
aunque insistan
vendiéndonos y comprándonos
en cada esquina
No tienes derecho,
jamás,
a ser yo.
LA PRINCESA INCA
¿locura por exceso de lucidez?